Crónicas de Narnia, digo de la cena

En un lugar de Alcobendas de cuyo nombre no quiero acordarme se celebro una lujosa y suntuosa cena a la que acudieron todos los caballeros de la corte del reino Cafre así como numerosas damas y cortesanas del reino.

Vista panorámica de la cena.

La verdad es que no hay gran cosa que contar, lo escribo casi obligado. Llegué allí y ya había bastantes cafres por el restaurante bailando y danzando haciendo lo que mejor se les da; beber cerveza. Debo añadir que para variar hubo varias personas que llegaron tarde (Para variar eran los mismos de siempre, la pregunta obligada es: ¿Cuándo vais a empezar a salir a la hora para llegar puntuales?) pero bueno, todo según lo previsto.

Antes de empezar con la cena Moni y yo repartimos las bandas que habíamos hecho. He de decir que aunque la idea fue de los dos y los títulos también fueron colaboración de ambos todo el curro manual fue suyo, así que cuando la veáis la felicitáis hombre, que sois unos sapos todos.


Los títulos son los siguientes (los pongo o de memoria así que me falta alguno me lo decís):

* Alba: Miss. Simpatía
* Raquel: Miss Experimental
* Chino: Mr. Machomen
* Aitor: Rey del pollo frito
* Tini: Mr. Paso de Cebra
* Adán: Mr. Chato
* Moni: Drunkisiter
* Diego: Mr. Agárrame que me caigo
* Jose: Mr. Carrerilla
* Contre: Niño Melón
* Rubén: Mr. Sociable
* Ángela (ausente): Miss. Flandersita
* Ráquel (ausente): Defensora de causas perdidas

Algunos miembros cafres recojen honrados y llenos de satisfacción sus respectivas bandas

La cena empezó con unas raciones de jamón, queso, salchichón y chorizo, todo ello regado con sangría de la ribera del Jarama así como cerveza de esa amarillenta con gas y hecha de [error en Matrix] cebada. Avanzada un poco la cena salió de la cocina el plato estrella de la noche: La tortilla de patata, exquisita a mi paladar (muy entendido en estos menajes), acompañada de raciones de oreja, calamares, morcilla de cerca de Burgos (no era de Burgos Burgos) y choricito al infierno. Todo riquísimo.

Después de cenar bien y de que alguno tuviera experiencias cercanas a la muerte por culpa de pelos de calamares se procedieron a dar los regalitos del amigo invisible, algunos fueron normales, otros picantes y otros auténticas puñaladas por la espalda sin avisar.

La verdad es que los que más originales me parecieron fueron las dos tetas de Adán, asi como los siguientes regalos, un hurra por mi parte para el Cafre #1

Recogida de regalos, algunos contentos y otros no tan contentos.

Al finalizar la cena nos pusimos todos de acuerdo para ir de fiesta al Handyman y la verdad poco que contar de ahi; mucha gente poco sitio y muchos empujones, combinación que me hizo marchar a eso de las cuatro, asi que si alguno quiere poner algo sobre esto que lo añada aquí.

Y poco que añadir, solo decir que Jose es un auténtico perdedor de apuestas y que ya van 4 cubatas los que pierde, en fin chaval, siempre te quedará París jojo.

Fotos de la posterior fiesta en el Handyman.

Sólo decir una cosa más, que con gente como vosotros da gusto celebrar cualquier cosa, ya sea un cumpleaños, unas navidades o la incorporación de un miembro cafre al clan. Así que hasta aquí las tonterías ñoñas y paternalistas, pero como diría alguna que yo me se: ¡Os quiero chicos! (Directa pa la cafrase jojojo)

Canción para hoy: Red red wine - UB40 que pa algo riega nuestras cenas coñe!