domingo, 31 de agosto de 2008

Crónicas Nicaragüenses



Después de casi una semana en Chinandega, Nicaragua, tengo un poco de tiempo para poder contar lo que estoy viviendo en este país. Lo primero, decir que aquí es “invierno”.”Invierno” y no invierno por que un invierno a 30º C no es invierno. Yo esto lo llamaría época de lluvias, ya que desde que estoy aquí, todos los días a llovido, tormentas con truenos, relámpagos y lluvia muy fuerte. Lo segundo enseñaros en el mapa donde puñetas estoy…


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He marcado 4 puntos en el mapa. El primero, el mas al sureste es Managua, capital de Nicaragua y por donde entré en el pais. El punto que está mas al noroeste es Chinandega, por lo que sé tercera ciudad del país, depues de Managua y León. Los otros dos puntos del mapa son Camanica y el Hotel Los Volcanes, donde trabajo y donde como y duermo, respecivamente. Tanto el hotel como la fábrica se encuentran dentro del termino municipal de Chinandega. Todavia no he conocido nada de la ciudad, ya que el unico día que pude haber salido de fiesta fué ayer, sábado 30 de agosto, pero me tocaron los wevos los otros españoles con los que estoy, y prefería no estar en un local con música que no me gusta (Regueton de ese, y me da igual que esté mal escrito), hablando con personas a la que me apetece partirles la cara mas que hablar con ellos. Pero aparte de eso, os voy a contar un poco como estoy viviendo en tierras nicaragüenses.

Nos despertamos todo los dias a las 6 de la mañana, aprovecho para llamar a mis padres, o a mi novia, y las 6:30am desayunamos en el bar del hotel. A las 7 estamos ya en la obra, con calor y con mucha humedad. Y muchisimos mosquitos. Trabajamos, hablamos con los curritos de aquí, que están deseando poder hablar contigo, y que los demas les vean hablando contigo. Es como cuando en el colegio todo el mundo intenta juntarse con el chico guay, o intenta ligarse a la chica mas guapa de clase, no por estar con ella, sino para poder presumir delante de sus amigos. Hay uno, me hace mucha gracia, que ha vivido unos años en los EE.UU., o eso dice, y habla conmigo solo en ingles. La verdad que habla bien ingles, y a mi no me importa, pero es curioso, que con el resto hable en castellano, incluso con los españoles, y conmigo SOLO hable en ingles. Hay otro que me ha pedido que me haga una foto con él en la obra y que se la regale para que pueda enseñarla a su familia.

A las 12:00 los curritos locales se van a comer. Y a la 1 de la tarde nosotros. Tardamos en comer como una hora y media, o dos horas. No por que nos liemos a pacharanes, ni mucho menos, si no por que el ritmo de vida aqui, es así. Tardan mucho en trarte la comida, y luego mas en traerte la nota para firmarla y apuntar la comida a la habitación. No tienen prisa para nada. Después de comer, volvemos al tajo. Más de lo mismo. Calor, humedad y mosquitos.Antes de volver a la obra encendemos el aire acondicionado de la habitación a todo trapo. A las 18:30 o 19:00 volvemos al hotel. Ducha, mosquitos y cervecitas. La verdad que no tienen la mejor cerveza que he probado (Donde esté mi mahou...) pero tampoco esta mal. Es una cerveza muy suavecita, pero no está mal.

A la hora de dormir dejamos el aire a tope. Si os preguntais por que tenemos esta obsesión con el aire, es simple. Y no es por el calor. Si mantienes la temperatura de la habitación baja, y la luz apagada, los mosquitos se mantien alejados de ti. O esa es la teoria. Entre los mosquitos de la obra y los que tengo en la habitación tengo 11 picaduras en el brazo izquierdo, 10 en el derecho, 7 en el culo, 2 en la cara, uno en el lóbulo de la oreja derecha, otro en el tobillo izquierdo y alguno mas por ahí. El picor en ciertos momentos es insoportable, sobre todo cuando estoy programando y hay algun momento de presión. Tengo costras donde tenia las picaduras, y alguna picadura tenia moratón alrededor. Y eso que uso repelente de mosquitos, el que me recomendarón en el centro de vacunación cuando dije que venia a Nicaragua.

Está es una primera crónica, ahora me tengo que poner a currar un poco. Así que hasta la siguiente crónica.




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